Según la periodista de RT, Helen Buyniski, la Asamblea legislativa del Estado de Nueva York está sopesando aprobar una ley que permitiría a las autoridades encerrar indefinidamente a cualquier persona sospechosa de tener coronavirus o haber estado en contacto con otra persona contagiada, para someterla a medicación forzosa.

Si se aprobara el proyecto de ley -llamado A416– se podría sacar a los neoyorquinos de sus casas y llevarlos a un centro de internamiento con sólo la mera sospecha de haber estado ‘expuestos’ al nuevo coronavirus, sin necesidad de dar positivo en el test o presentar síntomas. Una vez encerrados en uno de los centros que se construirían al efecto, se les podría obligar a someterse a un “tratamiento prescrito”, que incluiría medicamentos y vacunas. Pero, aun así, la puesta en libertad no estaría garantizada.
La propuesta de ley contempla un encierro de hasta 60 días sin pasar por un juzgado. Y, aunque la persona encerrada tendría derecho a asistencia letrada, la última palabra respecto a cuándo estaría curada -contando con que realmente estuviese enferma desde el principio- correspondería a las autoridades sanitarias de Nueva York.
Dado lo poco fiables que son los PCR’s para detectar el coronavirus -dan hasta un 90 por ciento de falsos positivos según algunas estimaciones-, seguramente los centros de internamiento del gobernador Andrew Cuomo se llenarán de personas sanas falsamente consideradas como “casos”. Al igual que sucedió con su decisión de enviar a los pacientes del COVID-19 a residencias de ancianos, matando a decenas de miles de personas mayores, confinar a sanos con enfermos sólo garantiza que aquéllos se contagien. El Estado consigue con ello elevar el número de casos y justificar con ello más represión bajo la capa de otra ‘ola’ de contagio.
Tampoco se deben subestimar los efectos psicológicos que puede provocar el estar indefinidamente atrapados en una pesadilla burocrática kafkiana sin razón lógica, ya que, si se aprobara la ley, el encierro podría llegar a ser por meses e incluso años.
La mera crítica al experimento totalitario de Nueva York podría motivar el encierro en uno de los centros de detención de Cuomo. Según la Organización Mundial de la Salud y sus muchos altavoces mediáticos, compartir datos no autorizados está provocando una “info-epidemia” tan peligrosa como el virus mismo -queriendo decir que quienes comparten esos contenidos dañan a otros.
Bajo estas directrices, se podría sacar de su casa a una mujer en estado de gestación por publicar “ideas erróneas” en las redes sociales. La policía australiana se jactó de hacer esto mismo hace unas semanas.
Pero el referido proyecto de ley no es el único mecanismo de control previsto. Otra legislación pendiente contempla hacer las vacunas obligatorias en ciertas situaciones. Nueva York ya ha eliminado las exenciones de carácter religioso y se prevé inocular las vacunas Pfizer y Moderna a los drogadictos -lo quieran o no- en los centros estatales. Aquello de «mi cuerpo, mi opción» ha pasado a mejor vida.
Fuente:
https://www.rt.com/op-ed/511599-new-york-indefinite-detention-covid/